LA GRAN ESTAFA: EL PRESUPUESTO DE 2013

(Público.es, 30/09/2012)


Vicenç Navarro

Estos últimos días de septiembre ocurrieron cuatro hechos que definen con toda claridad la raíz del problema al que España se enfrenta. Uno fue la presentación del presupuesto por parte del Gobierno español en el que se indica que el Estado tendrá que pagar casi 40.000 millones de euros a los acreedores (la mayoría bancos extranjeros y españoles) para cubrir lo que se les debe como consecuencia de tener que abonarles los intereses de la deuda pública española que poseen. Esta elevada cantidad se debe a los altos intereses de tal deuda, consecuencia, en gran parte, no de la especulación de los mercados financieros –como constante y erróneamente se asume en los medios donde la sabiduría convencional se reproduce– sino de la oposición del Banco Central Europeo a comprar deuda pública en los mercados primarios, es decir, directamente al Estado español, como hace cualquier Banco Central digno de su nombre (tal como el Federal Reserve Board de EEUU, el Banco de Inglaterra en Gran Bretaña o el Banco de Japón). Los máximos beneficiarios de estos pagos del Estado a los acreedores son los bancos españoles y europeos (entre los cuales sobresalen los alemanes que tienen una excesiva dimensión, influencia y protagonismo en las instituciones de la Eurozona) que recibieron prestado dinero del mismo BCE a unos intereses por debajo de un 1%, con el cual compraron deuda pública española a unos intereses del 6% y el 7%. Un negocio redondo para tales instituciones financieras, que consiguieron gracias a la ayuda del BCE, que no es un banco central sino un lobby de la banca y muy en especial de la banca alemana.

A aquellos que consideren el término lobby una exageración les aconsejo que lean, no ya las actas del BCE (que son secretas) sino las publicaciones de tal institución. Y verán si dicho término es o no adecuado para definir el BCE, el mayor promotor hoy en la Eurozona de las políticas de austeridad (austeridad, por cierto, que no aplica a su propio comportamiento, pues acaba de estrenar una sede exuberante en Frankfurt que ha costado seis veces más de lo inicialmente calculado y que albergará a los funcionarios mejor pagados del establishment público europeo). En tales boletines, la defensa de los intereses de la banca es central en la percepción de lo que el BCE considera ser su función. Tal defensa se viste con el traje de que "su misión es controlar la inflación". En esta defensa de sus intereses, irán a extremos que van desde desmantelar la Seguridad Social en España, hasta recuperar la semana laboral de seis días. Es, como bien dice Noam Chomsky, la lucha de clases unilateral de una minoría –la banca– en contra de todos los demás.

El poder de la banca: el endeudamiento de España
Esta deuda, sin embargo, está basada, en parte, en la enorme influencia de la banca no solo sobre el BCE sino también sobre el Estado español. Hoy, la influencia de la banca sobre la sociedad española rebasa cualquier límite tolerable en un sistema democrático. Todos –desde los partidos políticos, a la prensa, las empresas y las familias– están enormemente endeudados con la banca. La actitud tan poco crítica de los medios de información hacia el comportamiento de la banca y su dominio de la vida política y mediática del país se basa precisamente en este hecho. En lugar de denunciar esta relación obvia entre las instituciones financieras y las instituciones políticas, los medios de mayor difusión y los partidos mayoritarios atribuyen el endeudamiento al comportamiento supuestamente irresponsable de las familias, de las pequeñas y medianas empresas (las grandes tienen ya más dinero de lo que necesitan para invertir) y del Estado. Es lo que se llama en inglés, el "victim blaming", es decir responsabilizar a la víctima de su propia tragedia.

En tal argumentación se ignoran y/u ocultan varios hechos. El endeudamiento de las familias se debe a la disminución de su capacidad adquisitiva, resultado del descenso de las rentas del trabajo como porcentaje de la renta total del país, descenso que ha sido mucho más acentuado durante los últimos años debido a las reformas laborales y a la disminución salarial que tales reformas intentaron y alcanzaron exitosamente.

El endeudamiento de las medianas y pequeñas empresas se debe, en parte, al descenso de la demanda de sus productos y servicios, consecuencia de la disminución de la capacidad adquisitiva de las clases populares y también a la gran carestía del crédito, resultado de la desviación de la actividad crediticia de la banca hacia actividades especulativas más rentables como las inversiones inmobiliarias, habiéndose establecido el maridaje banca-sector inmobiliario que llevó al desastre.

El endeudamiento del estado se debe a las políticas fiscales regresivas que han beneficiado sistemáticamente a las rentas del capital y a las rentas superiores a costa de las rentas del trabajo. Esta regresividad explica la gran pobreza del estado (los ingresos al estado español son los más bajos de la UE-15, un 31% del PIB, comparado con un 44% en el promedio de la UE-15 y un 54% en Suecia). Y este problema se acentuó todavía más mediante las reformas fiscales regresivas aprobadas en el momento de expansión económica (estimulada por la burbuja inmobiliaria). Así, como resultado de la reforma tributaria del 2006, el estado dejó de recoger en 2008 19.600 millones de euros (según los datos del Servicio de Estudios y Estadísticas Fiscales del Ministerio de Economía y Finanzas). Los impuestos sobre el capital descendieron un 39% y los de las rentas superiores un 11%.

España no se hubiera endeudado tanto si hubiera tenido un sistema tributario más justo y más avanzado. La bajada de impuestos explica que el estado tuviera que pedir prestado a los bancos para cubrir el agujero creado en sus arcas precisamente como consecuencia de la bajada de impuestos a las rentas del capital y rentas superiores. Como resultado de esta situación, el estado, además de bajarles los impuestos a los súper ricos, ahora les paga unos intereses muy altos, a través de los bancos, por los bonos que han comprado con el dinero conseguido en los recortes de impuestos. Otro negocio más que redondo, para el beneficio primordialmente de lo que se llamaba burguesía financiera y los súper ricos.

Pero esta enorme necesidad de endeudamiento fue una gran golosina, no sólo para la banca española sino también para la banca europea y, muy en especial, la banca alemana. De ahí que la banca alemana tenga hoy casi 200.000 millones de euros prestados en el territorio español, tanto en deuda pública como privada. Y está hoy muy preocupada pues el estallido de la burbuja inmobiliaria (a la que contribuyó en gran medida a que se inflara) puede arrasar toda la banca, incluida la alemana.

El llamado rescate al sistema bancario
Lo cual me lleva al segundo hecho acaecido el 28 de septiembre. La decisión del gobierno español de pedir el rescate a la banca, mediante el préstamo de 40.000 millones de euros (casi la misma cifra que el estado español tendrá que pagar a la banca por la deuda), para asegurarse lo que se llama "la viabilidad del sistema bancario español", a lo que tendría que haberse añadido "y de la banca alemana". Es decir que el estado pide dinero (que tendrá que devolver el propio estado, pagado por el ciudadano español) a las autoridades de la eurozona, donde la banca alemana es muy influyente, para ayudar a la banca, asegurándose así que no quiebre y que se pague a la banca alemana (entre otras). Como bien dijo el asesor económico al gobierno alemán, el Sr. Peter Bofinger, en su comentario sobre la aprobación de 100.000 millones de euros para el rescate a la banca española "Esta ayuda no es a estos países en problemas (como España) sino a nuestros propios bancos que poseen una gran cantidad de deuda privada en estos países".

Las condiciones leoninas del rescate: el presupuesto del Estado
Este rescate se hace en condiciones leoninas que tendrán que pagar las clases populares a base de enormes sacrificios y recortes, incluidos los recortes que recoge el presupuesto propuesto por el gobierno el día 27 de septiembre, el tercer hecho digno de mención. La falta de medidas de protección de la capacidad adquisitiva de los pensionistas y de los desempleados es un ejemplo más de la insensibilidad social del presupuesto que aparece con toda intensidad en los recortes de gasto público social y disminución muy notable de la protección social. Su brutalidad queda demostrada en que incluso la Troika indicó que las medidas tomadas por el gobierno iban incluso más allá de lo que la propia Troika les exigía. El gobierno español ha sido siempre el alumno aventajado del establishment neoliberal que domina las estructuras de la gobernanza de la eurozona.

Y todas estas políticas se presentan como las únicas posibles, negando y ocultando la evidencia fácilmente accesible de que sí las hay. El BCE podría actuar, por ejemplo, como un banco central, con el objetivo de estimular la economía y no sólo controlar la inflación. El estado español podría haber tenido ya en anteriores presupuestos y en los actuales una política fiscal mucho más progresiva, de manera que en lugar de recortar las pensiones (para conseguir 1.200 millones de euros) podría haber mantenido el impuesto de patrimonio (consiguiendo 2.100 millones) o anulado la bajada del impuesto de sucesiones (consiguiendo 2.552 millones) o anulado la bajada de impuestos a las personas que ingresen más de 120.000 euros al año (consiguiendo 2.500 millones). O en lugar de recortar 6.000 millones en sanidad, podrían haber anulado la bajada del impuesto de sociedades de las grandes empresas que facturan más de 150 millones de euros al año (y que representan sólo el 0,12% de todas las empresas), consiguiendo con ello 5.300 millones.

O en lugar de recortar 200 millones a los servicios de atención a las personas con dependencias, podrían haber eliminado el subsidio del estado a la Iglesia Católica para que enseñe religión católica en las escuelas públicas del estado. Y así una larga, larga lista mostrando que sí que hay alternativas, como Juan Torres, Alberto Garzón y yo hemos documentado en el libro Hay alternativas.


Y el estado español podría dejar colapsar bancos en España (Bankia es un caso claro), estableciendo bancas públicas o subvencionando cooperativas de crédito que lo garanticen. El rescate financiero es una ayuda más a la banca y a las rentas superiores que son los mayores accionistas de tales bancos, sin que se garantice el crédito. Hoy el obstáculo mayor al ofrecimiento de crédito es la banca, cuyo poder en España es único en la UE y en la OCDE. Lo que ocurre con los desahucios es un escándalo sin paralelo en otros países.

Estos tres hechos ocurridos al final de septiembre son indicadores del enorme poder de una minoría que está consiguiendo lo que siempre desearon: la destrucción de los sindicatos, la eliminación de la protección social, la bajada de salarios y la desaparición del estado del bienestar.

Permítanme que añada otro hecho digno de mención. El cuarto hecho: las movilizaciones del movimiento 15-M y otros movimientos para denunciar al Congreso, en Madrid. Fue sabio de este movimiento renunciar a la ocupación del congreso. Pero fue digno de ser aplaudido que intentaran denunciar lo que estaba ocurriendo dentro de él, pues los otros tres hechos son un indicador de la violación a la democracia que está ocurriendo en España. Ninguna de tales políticas traducidas en aquellos tres hechos tiene un mandato popular. Hoy, la mayoría del Congreso es un instrumento que claramente ni representa ni está al servicio de la mayoría de la población española. Sus políticas no han sido aprobadas por la ciudadanía española. No son los que se manifiestan los que están atacando a la democracia sino los que están dentro (refiriéndome a los partidos que están aprobando tales políticas sin mandato popular) que están violando la democracia.

¿PARA ESTO SIRVEN MIS IMPUESTOS?

(3500 Millones, 30/09/2012)


Rajoy

Imagen de la campaña 32 x Rajoy, que acaba de lanzar Intermón Oxfam. Puedes apoyarla aquí.

La pasada semana el Conseller de Justicia y Bienestar Social de la Generalitat Valenciana, Jorge Cabré, convocó a los medios de comunicación para anunciar la eliminación de los programas de cooperación internacional de su departamento (14 millones de euros en 2012), y se escudó para ello en el incremento de la pobreza local: la Comunitat no puede "seguir exportando tanta solidaridad. (…) Estamos como estamos y gobernar es tomar decisiones, y a veces complicadas".

Lamentablemente, el Conseller no tuvo oportunidad de explicarnos en detalle la "complicación" de esas decisiones. Quizás podría aclarar, por ejemplo, por qué su Gobierno prevé ampliar el palacio de Congresos de Valencia por un coste de más de 20 millones de euros, cuando la ciudad tiene ya 200.000 m2 dedicados a esta actividad, para los que no existe demanda suficiente. Tampoco tuvo tiempo para referirse a los 15 millones de euros que han pagado al arquitecto Calatrava por los planos de unas torres que nunca se construirán. Ni a los 150 millones que ya se han gastado en el nuevo Estadio de Mestalla, en una operación que ahora está paralizada. Ni al Open de Tenis, ni a la vela, ni al rosario de despropósitos que explican por qué "estamos como estamos".

Lo que ha ocurrido en Valencia ilustra a la perfección la impudicia que rodea la gestión de la crisis y la trampa de los presupuestos que fueron presentados al Congreso el pasado sábado: atajar el déficit destruyendo la solidaridad nacional e internacional es muy doloroso, dicen, pero no tenemos alternativa. Y eso, sencillamente, no es cierto. Mientras la Agencia Española de Cooperación es condenada a la irrelevancia (270 millones de euros, una caída del 70% en dos años) y los recursos municipales contra la pobreza son reducidos nada menos que un 40% (de 50 a 30 millones), el Gobierno aprobaba hace pocos días un crédito extraordinario de 1.728 millones de euros para la compra de armamento. (Ver aquí la espléndida carta de Jaime Atienza al respecto, publicada ayer en este periódico.)

Por supuesto que el incremento de los gastos de defensa corresponden a compromisos adquiridos. Solo faltaba que el Estado asumiese nuevas deudas para comprar artilugios de guerra. La pregunta es por qué son honrados los compromisos con las empresas de armamento y no los que el Estado ha establecido con las poblaciones más pobres dentro y fuera de España. ¿Por qué debemos aceptar la palabra del Ministro Morenés cuando nos dice que estos millones contribuirá a "la creación de riqueza y seguridad para España"? ¿Qué hay de la "seguridad" del millón largo de personas que, según Cáritas, pasa hambre en nuestro país? ¿Y la de los 150.000 inmigrantes que se quedan sin sanidad? ¿Por qué debemos permitir que cientos de ONG desaparezcan o queden exhaustas precisamente cuando las cifras de exclusión social se disparan? ¿Por qué se niega el Gobierno a desarrollar alternativas reales de ingreso como la Tasa a las Transacciones Financieras o los impuestos a las grandes fortunas? 

Y se extrañan de que la gente proteste ante un Congreso que se niega a contestar cualquiera de estas preguntas… Lo extraño es que no estemos presenciando un verdadero estallido social, porque estos presupuestos –como esta democracia- traicionan a la moral y a la inteligencia. No solo son los presupuestos de una economía más pobre, sino que reflejan una sociedad peor: aquella que en los momentos difíciles elige dar la espalda a quienes más sufren. Yo no me identifico con esa sociedad y estoy seguro de que ustedes tampoco.

EL FRACASO DE LA MENTALIDAD PRIVADA EMPRESARIAL EN EL SECTOR PÚBLICO

(Sistema Digital, 27/09/2012)


Vicenç Navarro
Una de las percepciones más generalizadas sobre el Tea Party en EEUU fue que éste era un movimiento popular (que recordaba a las revueltas populares del pueblo llano estadounidense frente al imperio británico) frente al poder del Gobierno federal (ver mi artículo "El Tea Party en EEUU (y en España)", El Plural, 03.09.12). Tal percepción, claramente promovida por grandes empresas estadounidenses (los sectores más reaccionarios de lo que en EEUU se llama la "Corporate Class"), ha sido aceptada, no sólo por los mayores medios de información, sino incluso por algunos autores de la izquierda española.
La breve existencia de tal movimiento ha mostrado claramente que es un movimiento de la ultraderecha estadounidense, ampliamente financiada por grupos económicos afectados negativamente por las decisiones del Gobierno federal presidido por el presidente Obama. Su máxima victoria ha sido el control del Partido Republicano dirigido por un hombre de negocios, el Sr. Mitt Romney, que ha hecho su fortuna a base de la especulación financiera, basada en Wall Street, el centro de la banca de EEUU. Este dirigente, candidato republicano a la Presidencia de EEUU, ha enfatizado su experiencia exitosa como "hombre de negocios" como su mayor mérito frente al actual presidente, el señor Barack Obama, al cual considera inepto para la gobernanza del país por no haber tenido nunca experiencia empresarial. Tal cultura e ideología empresarial ha alcanzado su máxima expresión en el apoyo del candidato Romney a la propuesta del mayor especulador del sector inmobiliario, el señor Donald Trump, de modificar la Constitución de EEUU para añadir que sólo los ciudadanos nacidos en EEUU y que hayan tenido un mínimo de experiencia como businessman, es decir como gestor de empresas privadas, pueda ser presidente de EEUU.

Tal énfasis en la importancia de la experiencia empresarial para ser presidente de EEUU ha generado toda una serie de análisis politológicos para ver si es cierto que los presidentes que hayan tenido una experiencia como hombres de negocios hayan sido mejores presidentes, responsables de políticas que hayan obtenido mejores resultados económicos (utilizando como indicadores de eficiencia económica el crecimiento económico, la producción de empleo y la rentabilidad de las inversiones en Bolsa). Pues bien, según tales estudios (ver Timothy Egan, "Business, Mitt Romney and the Presidency" The New York Times.com 2/05/12), la historia económica de las diferentes Presidencias muestran que los peores presidentes han sido precisamente los "hombres de negocios" que habían sido exitosos en el mundo privado. Ninguno de los más exitosos en el mundo privado fue un Gran Presidente. En realidad, los que tuvieron mejores indicadores económicos (incluyendo los indicadores citados) fueron Franklin D. Roosevelt, John F. Kennedy, Bill Clinton, Dwight Eisenhower y Harry Truman. Sólo este último había sido un businessman exitoso antes de ser elegido presidente. Los peores fueron Herbert Hoover, George Bush, padre e hijo, y Jimmy Carter, todos ellos "hombres de negocio" exitosos.

Otro estudio ha llegado a la misma conclusión (Paul Bedard, "80-year study: Democrats better at Economics"). El Partido Republicano, en general, más cercano al mundo empresarial de la "Corporate Class", ha sido menos exitoso en producir empleo, en estimular la economía y en aumentar la rentabilidad de las inversiones en Bolsa que el Partido Demócrata. Durante los 40 años de gobierno Republicano una inversión de 100.000 dólares al principio del periodo republicano daba, como promedio al final del periodo, 126.027 dólares. En los 40 años del gobierno Demócrata tal cantidad produjo 3.912.210 dólares. Como bien indica Paul Bedard, a la luz de estos datos parecería sorprendente la fama que tiene el mundo empresarial de ser muy eficiente. En realidad, la enorme crisis financiera y empresarial (resultado de la excesiva influencia del mundo financiero y empresarial sobre las instituciones políticas) debería cuestionar tal inmerecida fama de competencia.

En realidad, la propia experiencia del "hombre exitoso de negocios", el señor Mitt Romney, añade más evidencia al error de la tesis de que la experiencia empresarial privada sea un valor añadido de gran importancia y relevancia para la gestión pública. Durante su mandato como gobernador del Estado de Massachussets, tal Estado fue de los estados de EEUU con menor creación de empleo, acumulando a la vez la mayor deuda pública por habitante. Mitt Romney hizo grandes recortes del gasto público, que ralentizó su crecimiento económico sin resolver el déficit público ni la deuda pública de su Estado.

Otros ejemplos, en este caso en el Partido Demócrata, uno de los mayores desastres creados en EEUU fue la desregulación de los mercados financieros, diseñada y promovida por el banquero Robert Rubin (de Goldman Sachs) cuando fue Ministro de Economía y Hacienda, nombrado por el Presidente Clinton. A la luz de éstos y otros muchos casos, sería aconsejable que se desanimara a "hombres exitosos en el mercado privado" a que se les diera responsabilidades públicas, pues la aplicación de los principios y modos de operación de la empresa privada pueden ser no sólo ineficientes, sino incluso peligrosos en la gestión del sector público.

La relevancia de lo dicho para España
Estas observaciones son relevantes para España, donde existe una percepción generalizada de que el sector de las grandes empresas es más eficiente que el sector público, creyéndose, como consecuencia de ello, que el gran empresario (frecuentemente referido como un "técnico") tiene una experiencia que se valora muy positivamente en la gestión de lo público. Así, como ya he comentado en el artículo citado anteriormente, el economista Xavier Sala i Martín, próximo al mundo empresarial catalán, en su entrevista en las elecciones del 2006 al entonces candidato a la Presidencia de la Generalitat de Catalunya, el señor Montilla, criticó en "La Vanguardia" (16.10.06) su inexistente experiencia empresarial en el mundo privado, considerando tal hecho como un "handicap" en su candidatura.

Hoy en día, en los gobiernos, tanto español como catalán, existen "hombres de negocios" responsables de muchos Ministerios (Defensa, cuyo Ministro procede de la industria armamentista), y Consejerías (Sanidad en Cataluña, cuyo Conseller era Presidente de la Patronal Hospitalaria privada) en sectores en los cuales habían trabajado, proyectando sus valores y su experiencia en la gestión de lo público, con resultados previsibles en la optimización de los intereses privados a costa de los públicos.

POR UN NUEVO PROYECTO DE PAÍS. APUNTES PARA AVANZAR HACIA UN NUEVO PROCESO CONSTITUYENTE

(ATTAC España, 27/09/2012)


Antonio Romero - Alberto Garzón - Nico SguigliaPúblico.es

A pesar del esfuerzo de millones de trabajadores y trabajadoras españoles que lucharon por institucionalizar sus conquistas sociales, a día de hoy nuestra Constitución es papel mojado. El "consenso del 78" ha sido roto al haberse lanzado un contraproceso constituyente, puesto en marcha por el neoliberalismo y las oligarquías financieras, que tiene como objetivo acabar con el Estado del bienestar que se comenzó a construir en Europa tras la II Guerra Mundial.

Las elites capitalistas no pretenden devolver los derechos sociales y económicos que hoy niegan a los trabajadores, sino que por el contrario aprovechan la crisis para arrebatar los recursos económicos y financieros a la gran mayoría mientras los concentran en pocas manos. Sin duda esta crisis está siendo utilizada para vaciar los ordenamientos constitucionales de los países de la Unión Europea así como para cerrar y consolidar un nuevo modelo de sociedad basada en la explotación sin contrapartidas y en la rivalidad entre los pobres, los pueblos y los subalternos. Con ello el capitalismo condena a toda una generación a la constante incertidumbre laboral y vital y abre el campo de juego de las opciones totalitarias.


Las soluciones a esta situación han de ser extraordinarias y ambiciosas, por lo que creemos que es necesario impulsar un Nuevo Proceso Constituyente para un nuevo proyecto de país, que supere este régimen cuya representación es una monarquía heredada del franquismo y opaca en la gestión económica y patrimonial, con casos de corrupción en su seno. Entendemos que el nuevo estado ha de construirse sobre bases federales y solidarias, dotándonos de esta forma de mecanismos para estar en una Europa federal de los pueblos que ponga solución a la creciente incompatibilidad entre democracia y Estados-nación, en un mundo de trabajadores multinacionales, de migrantes y redes de cooperación y comunicación transnacionales. La esfera de los asuntos comunes y sus leyes fundamentales tienen que adaptarse a esa nueva condición, so pena de ceder el protagonismo y la dirección de la "crisis de la UE" a las nuevas formas de la "revolución conservadora".

Cabe recordar que siete de cada diez personas que hoy tienen derecho a voto en España no pudieron votar la Constitución de 1978 y mucho menos participar en su elaboración. Sin embargo, las demandas sociales exigen una nueva relación entre representantes y representados, con una mayor participación de la ciudadanía en los asuntos públicos. No es una cuestión técnica sino política pues las nuevas tecnologías permiten imaginar mecanismos de participación social y de control ciudadano de la actividad política que signifiquen una profundización democrática.

Los abajo firmantes identificamos algunos elementos fundamentales de lo que debería ser el nuevo orden constitucional.

1. En primer lugar, la preservación, cuidado y promoción de los bienes comunes naturales tiene que tener un papel protagónico en un nuevo marco constitucional.

2. En segundo lugar, el sistema político ha de ser democratizado. Efectivamente, el poder ejecutivo ha sufrido un proceso de cierre autoritario por dentro; el poder legislativo ha sido vaciado de sus funciones democráticas y de representación a través de un bipartidismo marcado por la injusta ley electoral; y el poder judicial se ha mostrado como absolutamente dependiente de los intereses de los dos principales partidos. Del mismo modo resulta indispensable una ampliación y dinamización de los mecanismos de participación ciudadana en los asuntos públicos, introduciendo reformas en el marco de las ILPs, referéndums, consultas populares vinculantes sobre decisiones fundamentales, potenciación de los espacios ciudadanos deliberativos y avanzando hacia sistemas de voto delegado y participación directa siguiendo los modelos de las llamadas democracias en red.

3. En tercer lugar, las relaciones laborales deben ser repensadas de acuerdo con las características del nefasto modelo productivo español. La nueva carta constitucional debe tener presente la necesidad ante todo de proteger y garantizar la reproducción de la vida de nuestras sociedades, garantizando el acceso al trabajo digno, a una renta básica de ciudadanía, a la salud, la alimentación, la educación, la vivienda y a una Internet libre y neutral como derechos fundamentales y absolutamente prioritarios. La puesta en marcha de un nuevo modelo productivo capaz de activar las capacidades productivas de nuestra sociedad y de generar empleo en condiciones de dignidad es absolutamente prioritario. Sin embargo, no puede quedar subordinado el derecho y las garantías de una vida digna a la posesión de una relación laboral formal, cuando las elites financieras y gobiernos afines convierten el paro y las relaciones laborales precarias e informales en una tumba de la dignidad humana.

4. En cuarto lugar, es necesario pensar una reorganización y democratización de las instituciones del Estado y de la Administración. El Estado social se ha legitimado históricamente por su organización de sistemas públicos de bienestar, por su papel económico, financiero, fiscal, territorial y de seguridad. No se trata de acabar con el Estado o de multiplicarlo sin descanso, sino de un Estado adecuado a las capacidades democráticas y de cooperación de los ciudadanos, capaz de autolimitarse y ser lo más poroso posible a las formas de cogestión de sus competencias con instituciones ciudadanas democráticas no estatales, buscando fórmulas que impliquen una mayor eficiencia y el establecimiento de mecanismos que eviten la íntima conexión que existe entre el poder público y el poder económico de las oligarquías españolas y europeas.

5. En quinto lugar, es necesario poner coto al poder no democrático; es decir, ha de lograrse que el poder económico esté subordinado a la democracia y sus leyes. Los recursos de una sociedad han de ser gestionados por ésta, a través de mecanismos democráticos, y no por las oligarquías económicas. Mientras las decisiones que afectan a nuestras vidas las tomen entidades no sujetas a control comunitario, tales como las grandes empresas financieras, no podremos hablar de democracia.

El proceso constituyente del que hablamos, y que deberá proponer a los ciudadanos una nueva constitución, tendrá que ceder el protagonismo a los mismos en la redacción de la carta fundamental, inspirándose en las recientes experiencias latinoamericanas, pero también en la formidable iniciativa de los ciudadanos islandeses.

Consideramos indispensable la creación de instancias de colaboración y cooperación entre aquellos espacios organizativos (políticos, sindicales y sociales) que están señalando de forma clara la necesidad y el deseo de un Nuevo Proceso Constituyente para un nuevo proyecto de país, diseñando juntos una nueva y real democracia. Hacemos un llamamiento a las millones de personas que en nuestro país luchan por una vida digna para todos a que avancemos juntos en la construcción de una constitución de lo común a través de asambleas constituyentes en las que la ciudadanía decida su futuro de forma radicalmente democrática. Tenemos en nuestras manos la posibilidad de superar, con alegría y organización, este régimen corrupto y antidemocrático y abrir un tiempo nuevo de justicia e igualdad. Vamos a ello.

Antonio Romero
Ex diputado de IU y presidente honorífico del Partido Comunista de Andalucía

Alberto Garzón

Diputado por Izquierda Unida en el Congreso

Nico Sguiglia

Activista de La Casa Invisible, centro social autogestionado de Málaga

25S: ¡LIBEREMOS AL CONGRESO DE SU SECUESTRO!

(ATTAC España, 26/09/2012)


Esther López Barceló — Diputada de Esquerra Unida del País Valencià en Les Corts
Alberto Garzón Espinosa
— Diputado de Izquierda Unida en el Congreso de los Diputados


¡Esto es un secuestro! La democracia, para ser tal, ha de servir al pueblo, residir en el pueblo y emanar del pueblo. Y por ello ha de estar sujeta a leyes, elaboradas a partir de la razón y de la justicia, que salvaguarden los derechos fundamentales de la ciudadanía y los antepongan ante cualquier otro poder. Y precisamente por ello lamentamos y denunciamos que en nuestros días la democracia y sus leyes estén secuestradas por poderes económicos ajenos a la razón y a la voluntad popular.

La crisis económica no ha hecho sino mostrar la verdadera esencia de unos mecanismos que hasta ahora se habían presentado como democráticos y que, por el contrario, ahora se revelan inútiles en la función de representar la voluntad popular. Y esto es tan grave como decir que no tenemos ningún control sobre nuestras condiciones de vida y sobre el modo en que nos organizamos como sociedad.

Cuando un gobierno rompe el único vínculo que le une con la ciudadanía, que es el programa electoral que se compromete a cumplir, está violando la legitimidad de la soberanía popular y deslegitimando su propia existencia. Desde luego ello es legal, pues no hay ningún fundamento jurídico que le impida hacerlo, pero supone también que estamos ante algo injusto e ilegítimo.

La falta de respeto por los principios democráticos de nuestros gobernantes, unida a su mediocridad y su afán por imponer sus planes son las causas de que sólo sepan actuar mediante la represión policial y el recurso de cita ininterrumpida del corpus jurídico del statu quo. ¡Cómo si no supiéramos discernir qué es legal o no dentro de este marco!

Este sistema aparentemente democrático se nos vendió como el diseño más perfecto para nuestro país, capaz de protegernos y garantizarnos derechos sociales. Nos dijeron que era un sistema que nos proporcionaba capacidad para decidir.

Más de treinta años después una nueva generación afrontamos un dramático escenario. Somos la llamada "generación perdida", la juventud sin futuro. Y ahora que nos levantamos para reclamar democracia –porque queremos decidir sobre nuestras vidas- y justicia –porque queremos vivir en paz- nos sentimos totalmente abandonados a nuestra suerte; aquella que decidieron otros. Y la más amable respuesta que obtenemos es la llamada al exilio, esto es, a la búsqueda de esperanza fuera de nuestra tierra.

Sufrimos la persecución cuando nos rebelamos y cuando contestamos los ataques de unos gobiernos que roban nuestras esperanzas con infames excusas. De hecho ya no hace falta haber vivido la dictadura franquista para contar aquello de "corrimos delante de los grises", pues muchos de los que nacimos tras la muerte de Franco ya lo hemos tenido que hacer.

Nos persiguieron e inventaron atestados policiales cuando emergimos en la primavera valenciana; nos intentaron expulsar de las plazas donde acampamos; nos persiguieron cuando participamos en la Huelga General, nos criminalizaron salvajemente por empujar carritos de la compra mientras denunciábamos el hambre creciente.

Nos criminalizan por poner nuestro cuerpo de trinchera ante un desahucio; nos criminalizan e identifican policialmente por reunirnos en un parque público como el Retiro para debatir sobre política; nos criminalizan, en definitiva, porque estamos poniendo de manifiesto que lo que un 23 de febrero no acabó de fraguar se está permitiendo que prospere cada día de forma legal.

Empezaron cambiando la esencia del principio constitucional, que garantizaba la aplicación de derechos fundamentales, para priorizar el pago a las entidades financieras. Aprobaron una amnistía fiscal que permitió que los delincuentes de cuello blanco, estafadores que merman la sanidad y educación pública, quedarán indemnes de cualquier sanción. Aprobaron una reforma laboral que dinamitó nuestra defensa ante la explotación laboral, permitiendo enmascarar despidos improcedentes en despidos objetivos. Legalizaron el racismo en la sanidad pública. Incrementaron las tasas para obstaculizar a los más pobres el acceso a la educación. Rescataron y rescatan a los bancos, haciendo un bote común con nuestros impuestos, mientras nos expulsan de nuestras casas tras habernos expulsados de nuestros trabajos.

Dicen que queremos dar un golpe de Estado. Pero no es cierto. Lo que queremos es dar un golpe encima de la mesa. Queremos alcanzar la democracia. Queremos una legalidad que nos represente y nos defienda. Queremos vivir sin miedo. Porque tenemos propuestas, reivindicaciones, necesidades. Porque el 25S es un arma cargada de propuestas de futuro. Porque para poder recuperar nuestra soberanía, nos hemos dado cuenta de que es imprescindible un Congreso liberado.


EL 25S HA TRIUNFADO

(Público.es, 25/09/2012)


Víctor Sampedro

Apenas nadie parece haberse dado cuenta. Esperan a poder contabilizar manifestantes. Unos para relatar la épica de la desobediencia civil y otros para alabar como éxito el amedrentamiento y la represión que se vienen aplicando. Ojalá seamos muchos, muchísimas en las calles. Pero me temo que nunca bastaremos.

Unos dirán que éramos decenas de miles y otros que, apenas unos centenares. Los primeros cantarán victoria por los "desbordamientos" de la multitud y los segundos por la siempre ejemplar contención de la policía.

Me temo que nadie agradecerá a la Plataforma ¡En Pie! y a la Coordinadora del 25S sus enormes logros. Los han conseguido y brindado a toda la sociedad, como corresponde a un movimiento social en toda regla. Señalo siete y me quedo corto.

(1) Gracias por desmarcarse de las operaciones fascistas que ya clamaron ante el Parlamento sin capacidad de convocatoria alguna. Tanto éxito ha tenido el desmarcaje del golpismo, que Cristina Cifuentes, Delegada del Gobierno en Madrid, alude a la presencia de nazis infiltrados. Con su ayuda estaremos más seguros. Nadie mejor que ella y gente de su partido para revelar la identidad de los ultras y apartarlos preventivamente de nuestro recorrido. Lo hacen con los hinchas. ¿Podrían hacerlo en nuestras próximas convocatorias? ¿Y legalizarlas aunque no lo hayamos solicitado, como con el 25S?

(2) Gracias, porque lo anterior ha arrebatado a la (extrema) derecha el monopolio de la crítica frontal al Régimen de la Transición. El turnismo pactado entre el PP y el PSOE o el fruto de sus mayorías absolutas son criticados ahora como rasgos antidemocráticos. Como solución se pide más democracia. Se impugna el desmantelamiento del muy precario Estado de Bienestar y la precarización de la fuerza de trabajo que comparten ambos partidos. Y se critican los giros pendulares que impiden la continuidad de políticas centrales para una sociedad (sanidad, educación, organización del estado…). Por mucho que lo sigan intentando, Tejero nunca más servirá de mordaza para ahogar las críticas estructurales del Régimen que padecemos.

(3) Gracias por exigir la dimisión de un Gobierno que ha incumplido todo su programa electoral. La rendición de cuentas y el cambio no violento de los gobiernos falaces son dos rasgos esenciales de los cargos democráticos. El tercero, la receptividad a la ciudadanía, habrá que exigírsela y ganársela a los siguientes gobiernos. Llevan año y medio acosando como antisistema a un 15M que recaba las simpatías de siete de cada diez votantes. Pero a partir del 25S saben que podrían caer con la resistencia y la desobediencia no violentas de la población a la que han traicionado.

(4) Gracias también por exigir un nuevo contrato social y normalizar la demanda de un proyecto constituyente que renueve esta democracia. Por primera vez en nuestra historia la Constitución muestra sus costuras y esta vez las hacen saltar los demócratas y no los fascistas. Es la ciudadanía la que quiere participar, con nuevas reglas de juego. La única reforma de la Constitución ha sido unilateral y puntualmente adoptada por el bloque político gobernante: para anteponer las cuentas del Estado al bienestar, las finanzas a los derechos sociales. Por eso, el 25S hará llegar sus demandas como peticiones al Congreso.

Escojan el formato para enviarles sus peticiones a sus señorías. Pueden cambiar el disco de esta democracia (se propone lanzar discos voladores) y/o presentar un escrito a favor de un Parlamento 4.0: siempre complementario y simbólico, reflejando lo que votaría la población en caso de contar con una ley electoral proporcional. Solo como referencia, para evidenciar su distancia y encastillamiento. Si no les atienden, habrá sido la Administración la que incumpla con la constitución. Habrá quedado claro, otra vez, que después de votar la ciudadanía no puede pedir nada, menos aún exigir.

(5) Gracias, una vez más, por haber abierto la convocatoria y haber reformulado los lemas y la estrategia para hacerlos más inclusivos. De "tomar" el Congreso se pasó a "ocuparlo" y de ahí a "rodearlo" y, por fin, a "rescatarlo". Ni hacerse con el poder, ni ocuparlo temporalmente, ni someterlo siquiera a un ultimátum. "Rescatarlos": a ellos, a los parlamentarios que ocupan sus escaños presos de la disciplina de partido y de los Consejos de Administración. El proceso constituyente se ha iniciado en forma de "cumbres sociales" de sindicatos, "congresos" de partidos o surgimiento de plataformas, posibles embriones de Siryza en los próximos comicios autonómicos. Representantes de partidos y sedes parlamentarias acudirán a las concentraciones. Jueces por la Democracia, semillero de ministros y hasta de una vicepresidenta, ha salido en favor de los manifestantes. Hacen faltan más auto-inculpaciones y más equipos jurídicos de partidos y sindicatos, en reciprocidad con el apoyo que han recibido del 15M, para que la democracia viral pase de la calle a las instituciones.

(6) Gracias porque el diálogo y la movilización con base digital han abierto el código democrático otra vez. El anonimato inicial de la convocatoria, por miedo a la represión, y los recelos que despertaba se han superado poniéndole mil voces y presentando otras tantas caras. Así ha resultado más plural e incluyente. El centralismo se ha eliminado multiplicando las sedes políticas a "rescatar", al sumar parlamentos autonómicos y ayuntamientos. La retórica ha pasado de una "batalla final" a iniciar un proceso de cambio estructural. No por imparable será rápido. Les tomó muchos años arrebatarnos la democracia. Nos llevará también muchos recuperarla y reinventarla.

Pero no se preocupen hace tiempo que estamos en ello. Nunca Máis demostró que había que limpiar más despachos que playas. El 13M que la España de 2004 ya no era la de 1981 y que la gente esta vez salía a parar el golpismo mediático que quiso dar Aznar. V de Vivienda denunció la burbuja que hoy nos asfixia. El 15M recuperó e innovó todas esas experiencias, las aliñó con más tecnopolítica digital y echó raíces en el tejido social contra los ajustes.

(7) Gracias, en fin, por no haber amenazado al 15M arrogándose su nombre. Se han evitado rupturas y escisiones que el bloque de poder explotaría a su favor. El 15S y el 25S, sumados, podrían perfilarse como dimensiones distintas de un mismo artefacto político-social novedoso e innovador. El 25S ha sacado al 15M de las "atmósferas" y los "climas" que lo entendían como "contra-hegemonía" (un cambio cultural y ético, no tanto de poder político-económico, para que se entienda). El movimiento de consenso, expresivo y de largo aliento, se completa con el de protesta que logra impactar el curso político. Ante la agresión y la represión de las políticas públicas actuales no bastan la auto-exaltación exhibicionista ni la parodia autocomplaciente. Esto último parece ser lo único que aprendieron los sindicatos mayoritarios con su convocatoria del 15S. ¿Quién se acuerda de que exigían un referéndum? A lo mejor pueden improvisar un Bloque Crítico en las siguientes (auto) convocatorias ciudadanas. Por coherencia y por reciprocidad al apoyo recibido, digo.

Ojalá seamos muchos, muchísimas quienes acompañemos el 25S. Conste que cualquiera que sea nuestro número, acudiremos porque hemos recuperado la protesta pacífica como derecho cívico que se ejerce y que obtiene reconocimiento (no permiso) administrativo. Porque la crítica a la Transición y a la Constitución ya no hacen el juego a la derecha; al contrario, denuncia su uso patrimonialista, casi guerracivilista, del patriotismo constitucional. Porque la reforma constitucional ya no se limitará a procesos federalizantes (la escapada electoral de las elites regionales y la coartada socialdemócrata). El nuevo contrato social deberá recoger la voz de los dos tercios de ciudadanos actuales que no pudieron votar el texto de 1978. Y porque, aunque no se les reconozca cuando cuajen, de todo esto y para entonces habrá nacido una nueva institucionalidad y contaremos con más espacios de auto-organización y autonomía ciudadanas.

CAMBIOS INAPLAZABLES



1)    A escala mundial

  • Poner término a los últimos coletazos de la crisis sistémica impulsada por los Republicanos de los Estados Unidos, que sustituyeron los principios democráticos (justicia, igualdad, libertad, solidaridad) por las leyes del mercado, y el multilateralismo por grupos plutocráticos, cuyo estruendoso fracaso en la pretensión de suplir a las Naciones Unidas está a la vista;
  • Reducir rápidamente el riesgo de puntos de no retorno en el deterioro medioambiental debido a la actividad humana (antropoceno), adoptando en todo el mundo, sin excepción ni aplazamientos, las medidas que la responsabilidad intergeneracional exige;
  • Atemperar el crecimiento y el predominio de China que, dada la incongruencia comunista/capitalista fomentada por la codicia e irresponsabilidad de los países más prósperos, que no prestan atención a las asimetrías sociales y a las condiciones laborales y de vida que prevalecen en este gran coloso, empieza a provocar tensiones y enfrentamientos con otros "gigantes asiáticos" y, lógicamente, a procurar dejar de ser la fábricadel mundo para convertirse en la fábricapara el mundo;
  • Actuar en Siria rápida y eficazmente, poniendo muchos puntos sobre tantas íes que han evolucionado hacia el horror y el sufrimiento de la población civil por falta de un liderazgo global claro y deficiente;
  • Actuar, asimismo, con la autoridad del respaldo unánime en la "tensión anti-Irán" para evitar que se produzca, por sus inmensas reservas petrolíferas, la vergonzante y culposa invasión de Irak en 2003;
  • Facilitar procesos pacíficos en los países de la "Primavera Árabe" exigiendo siempre respeto al ejercicio del pluralismo y de las libertades públicas;
  • Dejar bien claro que la gran riqueza no puede seguir ocultando y justificando en algunos países prácticas dictatoriales, discriminación intolerable de la mujer, ausencia de representación popular;
  • Elaborar con gran rapidez un gran plan mundial contra el narcotráfico, uno de los mayores desafíos del mundo actual que no debe ni puede resolverse por la fuerza sino apelando a la responsabilidad personal de los consumidores, como en el caso de otras adicciones.
  • Mediar oportuna y firmemente en conflictos intrarreligiosos (en particular, sunitas, chiitas, sadafistas,…) e interreligiosos…
  Ø Por cuanto acabo de resumir,

  • Extinción de los grupos plutocráticos, con una convocatoria extraordinaria de una reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en que se adopten medidas urgentes frente a los más acuciantes problemas y se inicie el proceso de refundación de las Naciones Unidas, con una participación de la sociedad civil –"Nosotros, los pueblos…", como establece la Carta –equivalente a la de los representantes de los Estados y- en todos los casos sin veto pero con veto ponderado- dos Consejos de Seguridad adicionales:  el Socioeconómico y el Medioambiental, asegurando el funcionamiento de todas las instituciones del Sistema;
  • Remodelación de los sistemas económicos, con establecimiento de los mecanismos de regulación global que proceda, la inmediata desaparición de los paraísos fiscales, sin excepción, y la transición desde una economía de especulación, deslocalización productiva y guerra (los gastos militares actuales son improcedentes y éticamente inaceptables) a una economía de desarrollo global sostenible, que permita poner fin a la explotación, a los desgarros sociales, a la pobreza extrema, a la muerte por inanición… que hoy ensombrecen la dignidad de la especie humana en su conjunto.
  • Promover el adecuado y ágil funcionamiento de las "asociaciones regionales", como la Unión Europea, la CELAC, la OUA… para facilitar de este modo la gobernación mundial.   
Esas grandes decisiones requieren un liderazgo, que por ahora, sólo podría asumirse por el Presidente Obama, cuya reelección aparece en estos momentos como requisito imprescindible.

2)    A escala europea

  • Urgente reconstrucción de la Unión Europea, cuyo edificio se empezó por el tejado  -unión monetaria- sin haber restablecido antes los cimientos –unión política- y los pilares –unión económica.  El resultado ha sido la debacle ética, el desorden, el empobrecimiento, la desafección política, la dictadura de los "inversores", el "Europesimismo"… llegando el acoso de los "mercados" (del "gran dominio" militar, financiero, energético y mediático) a nombrar gobiernos sin urnas en Grecia, cuna de la democracia, e Italia.  El único rasero es el dinero, la prima de riesgo, el déficit…

 Ø Es, por tanto, apremiante:
  •   Acuerdos para la revisión sin demora de los Tratados, con los grandes objetivos de:

-Federación política, económica y fiscal.
-Autonomía en materia de seguridad, sustituyendo la OTAN, cuya vigencia después de la desaparición del Pacto de Varsovia no está justificada y cuesta a Europa cantidades totalmente desmesuradas;
-Reposición de los principios democráticos para orientar las actitudes de la Unión, favoreciendo el pluralismo cultural, étnico, ideológico y religioso como base de la convivencia armónica, situando a la justicia social en el centro mismo de la política comunitaria, salvaguardando siempre los medios necesarios para la educación, el conocimiento y la salud, y, a través de los incentivos necesarios, el trabajo para todos, conscientes de la nueva naturaleza del mismo, como consecuencia de la deslocalización, automatización, robotización y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

A este respecto, estamos proponiendo al Consejo de Europa una Declaración Universal de la Democracia que, debidamente debatida, podría presentarse para adopción a las Naciones Unidas.  Sería el complemento necesario para la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ya que el único contexto en el que estos serían plenamente respetados es el de la democracia genuina.

3)    A escala española
  • El desconcierto actual, la opacidad, la dependencia de los "mercados", el incumplimiento de los programas, las incoherencias y contradicciones, el precario rigor democrático de la mayoría parlamentaria, con el rodillo legislativo y el descrédito parlamentario que comporta; los descabellados "recortes" en educación, ciencia y salud, al tiempo que se "refinancia" el sistema bancario sin dar explicaciones de los "agujeros" que deben colmarse con el dinero y el esfuerzo público , ni de los "déficits" de las Comunidades Autónomas, no existiendo en ambos casos los menores indicios de que se depurarán responsabilidades y se expondrá con total transparencia no sólo cuánto  han gastado, sino en qué y por quién; la parsimonia de la justicia en casos –como el famoso Gürtel- afectan especialmente a un partido y la velocidad asombrosa cuando afecta a otros;  lograr que los ciudadanos empiecen a aborrecer la Constitución -¡qué tanto costó hacer!- porque se presenta como un corsé inamovible en lugar de un gran espacio de encuentro para todos los españoles, a través de las periódicas, serenas y bien estudiadas revisiones que corresponda; el hacer grandes espavientos por las acciones "separatistas" de algunas Comunidades Autónomas cuando los "separadores" olvidan que nunca han aceptado un pacto y que en un momento determinado recogieron firmas contra Cataluña (hablaban de 4 millones) o en contra del aumento del IVA; cambio en el esencial sistema educativo, especialmente en asignaturas clave, como Educación para la Ciudadanía, y en la evaluación y segregación escolar, sin el debate a fondo con los que saben de ésto, que son los educadores, los docentes, y no los expertos de la OCDE…
 Ø Por todo ello:
  •  Presentación a Europa de una Plan Económico Español en el que se fijen de manera precisa los cuántosy los cuándos del compromiso de regularización financiera así como los indispensables requisitos para el desarrollo económico de la creación de puestos de trabajo, restableciendo de inmediato los fondos que se han reducido en educación, ciencia y salud, y poniendo en práctica un sistema fiscal justo, con grave penalización a la evasión fiscal y a la insolidaridad distributiva;
  • Revisión de la Constitución Española, especialmente del capítulo séptimo, estableciendo un Sistema Federal y permitiendo una gran autonomía;
  • Puesta en marcha de los mecanismos que permitan, en caso de mayoría parlamentaria, asegurar el papel de las minorías y de la sociedad civil, con un impecable comportamiento democrático;
  • Urgir que tengan lugar en la UE y a escala global los cambios arriba indicados.
 Me consta que faltan muchas cosas (y quizás sobre alguna).  Pero que nadie se engañe: o se producen cambios radicales en los tres niveles indicados o no se logrará el "nuevo comienzo" que tanto anhelamos y la mayor parte de los habitantes de la Tierra merece.

SI LA DEMOCRACIA FUNCIONASE COMO WIKIPEDIA

(Zona Crítica, 25/09/2012)

Bernardo Gutiérrez
 
Esta entrada tiene un objetivo principal: denunciar que la democracia representativa es un anticuario del milenio pasado. Los ingredientes serán muy sencillos. Una definición, la segunda acepción de la Real Academia de la Lengua (RAE) para democracia: "Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado". Una licencia poética: considerar la democracia como un conjunto de infraestructuras simbólicas y códigos compartidos (contenido, vaya) de una sociedad. Y una estrategia: imaginar cómo sería la democracia si funcionase como la Wikipedia. Transparente por dentro, participativa por fuera. ¿Cómo se llama la canción?

Antes de tararear el exitazo Wikicracia Real Ya necesitamos argumentos. Hagámoslo fácil. Nada de metáforas profundas, que si hay legisladores que creen que en Internet apenas hay pedófilos y piratas, habrá políticos que piensen que lo wiki es un calenturiento baile entonado por demonios africanos. Vamos a ponérselo fácil. Usaremos la definición de Wikipedia y la de wiki (el formato sobre el que está basado) de la propia Wikipedia. Entonces…
  1. Si la democracia funcionase como Wikipedia, cualquier persona podría crear contenido. Cualquiera podría editarlo. No se podría, por ejemplo, redactar la Ley Sinde-Wert contra la piratería sin diálogo ni edición colectiva.
  2. Si la democracia funcionase como Wikipedia, tendría un interfaz muy simple para garantizar la participación. Que se necesiten recoger 500.000 firmas para una proposición de ley, como en España, sería antagónico con la sencillez participativa de la wikicracia.
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  1. Si la democracia funcionase como Wikipedia, existiría un sistema de 'editores', 'bibliotecarios' y 'check users' (controladores de usuarios falsos) meritocráticos. Cuanta más dedicación, trabajo y eficiencia demostrase cada cargo, más autoridad tendría. Podría existir, como en la Wikipedia alemana, un sistema de jerarquía oblicua: solo se publicaría algo en la wikicracia cuando lo revisase un cuerpo de expertos. Un diputado como Carlos Aragonés, del Partido Popular –ni una sola iniciativa ni pregunta parlamentaria ni solicitación de informes en los últimos años– sería marginado por la meritocracia del sistema.
  2. Si la democracia funcionase como Wikipedia, cada artículo (cada ley, por ejemplo) sería mejor cuanto más colectiva y menos autoral fuese. La Ley de Transparencia cocinada en un documento colectivo sería más fiable que la redactada por el Gobierno del PP a puerta cerrada.
  3. Si la democracia funcionase como Wikipedia, sería transparente. Nadie podría esconder parte del código de funcionamiento de la misma. Ni ocultar funcionamiento del hardware (estructura) o software (proceso). La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ocultando las condiciones de negociación de Eurovegas, sería expulsada de la wikicracia.
  4. Si la democracia funcionase como Wikipedia, existiría un historial de cambios para recuperar fácilmente cualquier estado anterior. Se podría saber qué cambio hizo cada usuario y cuándo lo hizo. La wikicracia no permitiría un Pacto de la Moncloa que ignorase/ocultase los cambios y contenido del pasado (de la dictadura franquista, en el caso español).
  5. Si la democracia funcionase como Wikipedia, el objetivo no sería escribir "artículos desde un único punto de vista, sino presentar abiertamente cada postura". No serviría votar con mayoría absoluta, por ejemplo, la subida de las tasas universitarias. Debería haber siempre un consenso colectivo y dinámico.
  6. Si la democracia funcionase como Wikipedia, crear contenido falso o tendencioso sería considerado vandalismo. Un político/editor que usase una neolengua ­ –decir flexibilizar el mercado laboral como sinónimo de despido'– sería vetado por vandalismo
  7. Si la democracia funcionase como Wikipedia, su contenido estaría publicado bajo una licencia no restrictiva y bajo un formato que permitiese su copia, distribución y modificación. La licencia de todo el contenido de la wikicracia sería GNUCreative Commons. Todo su contenido (infraestructura, códigos) sería reusable y modificable colectivamente.
Los nueve puntos se quedan cortos. Dejo fuera muchos mecanismos de la Wikipedia. Además, es evidente: la Wikipedia es imperfecta. Aunque menos que la democracia representativa, eso sí. Ahora bien, la crítica más previsible se cae por sí sola: la Wikipedia no es de fiar, por lo que la Wikicracia Real Ya sería una canción desafinada. Basta leer un estudio de la revista Nature, Wikipedia alcanzaba a la Enciclopedia Británica en calidad, y entender bien que Wikipedia ha creado un sistema orgánico contra el vandalismo y los bots (robots) bastante apurado.  

Por eso, quiero centrar la mirada en el concepto wiki, en las prácticas que propicia. Su infraestructura abierta sería el prototipo de espacio para una nueva democracia participativa. Su transparencia de códigos y contenidos, la base para las nuevas dinámicas de colaboración colectiva. 

Ahora, una confesión: 'Si la democracia funcionase como Wikipedia' ha sido un truco táctico, un divertimento, para llegar a un punto: la democracia de código abierto (open source democracy). La vida es así de dura. Y los políticos españoles no es que prefieran el vertical-pero-creíble modelo de la Enciclopedia Británica: muchos creen más en el Diccionario Biográfico Español que define a Franco como "valeroso y moderado" que en la Wikipedia.

Por eso todo vale –tácticas, estrategias, metáforas… – para dejar al rey (de la Transición) desnudo.  ¿Cómo funcionaría, pues, esa wikicracia, democracia de código abierto o democracia colaborativa?

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Vamos llegando al wikilugar, a la pregunta del millón (de tuits): ¿cómo se aplicarían los procesos colectivos, horizontales y no jerárquicos de las comunidades open source a la política? ¿Es posible trasladar a la democracia la denominada ética hacker que incentiva la colaboración y no la competición? 

El abogado Javier de la Cueva medita sobre todo ello en su inspirador texto, Software libre, ciudadanía virtuosa y democracia. Trabajar entre iguales por el procomún de una comunidad, afirma el autor, incentiva la autorregulación eficiente de estas comunidades de programadores. La práctica del 'release early, release often' (liberar el código y compartirlo constantemente, por ejemplo, podría traducirse políticamente en una transparencia legislativa en tiempo real. 

El pensador Douglas Rushkoff, en su libro Open source democracy (19), también estudia las comunidades de software libre para meditar sobre una nueva democracia: "La implementación de una democracia de código abierto –según Douglas– requerirá que asumamos que nada de nada es demasiado sagrado como para no ser cuestionado, reinterpretado y modificado".

Pero dejemos la teoría. Entre otras cosas, porque las comunidades de código abierto prefieren la práctica, el prototyping, construir prototipos reales. Mejor corregir errores colectivamente que pensar demasiado antes de hacer nada. Y ya existen varios prototipos en marcha alrededor del concepto de democracia de código abierto, wikicracia o como acabe llamándose. Observo hace tiempo al Wikipartido español, un partido cocinado colectivamente bajo la frase 'Inteligencia colectiva, una decisión mejor'. Tampoco hay que perder la pista al Open Source Party, que crece de forma distribuida con el lema Liberty, democracy, transparency. 

Y sí, claro, hay wikivida al margen de los partidos. El caso del Aktivdemokrati sueco, una bella experiencia apartidaria que lucha por la  democracia directa, es un bello ejemplo. La White House 2, un proyecto que imaginó cómo funcionaría la democracia estadounidenses si estuviera gobernada por la inteligencia colectiva, es otro estudio alentador. Pero prefiero destacar con entusiasmo el Shadow Parliament de Islandia, piedra de toque que propició la redacción de la primera wikiconstitución de la historia.

Tranquilos: no me he olvidado del movimiento 15M español. En su conjunto, con sus errores y desatinos puntuales, conforma uno de los paisajes más inspiradores en esta fase embrionaria de la wikicracia o democracia de código abierto. El debate, sin duda, acaba de empezar. ¿Necesitamos el Estado red del que habla Manuel Castells? ¿O un Estado plataforma que garantice las interacciones de las diferentes comunidades? ¿Abrir el código de la democracia es suficiente para crear una red de contrapoderes distribuidos? ¿La transparencia es suficiente para conseguir dinámicas participativas o necesitamos algo más?

De momento, el 25 de septiembre, con la convocatoria de Rescata el Congreso (ocupa el Congreso inicialmente) se abre en España un nuevo proceso constituyente colectivo. La sociedad en red buscará fórmulas para una Wikicracia Real Ya. Una frase de Douglas Rushkoff para concluir: "No derrotes al enemigo. Deja que se una". Busquemos el prototipo. Dejemos que ellos (políticos) se unan a nuestra meritocracia.

#25S: AL RESCATE DE LA DEMOCRACIA

(Público.es, 25/09/2012)


Esther Vivas

"Le llaman democracia y no lo es" se ha gritado reiteradamente en plazas, manifestaciones… Y a medida que el tiempo pasa dicha consigna cobra aún más, si cabe, todo su sentido. La estigmatización y la represión contra aquellos que luchan por sus derechos en la calle no ha hecho sino intensificarse en los últimos tiempos. A más crisis, más apoyo popular a quienes protestan, más criminalización y más mano dura. Las ansias de libertad parecen estar reñidas con la actual "democracia".

Y estos últimos días han sido buena prueba de ello. El sábado 15, cuatro activistas fueron detenidos en la manifestación contra los recortes en Madrid. ¿Cuál era su delito? Llevar una pancarta con la consigna: "25S Rodea el Congreso". Al día siguiente, dos furgones policiales identificaron a decenas de personas en el parque del Retiro. ¿Motivo? Participar en una asamblea preparatoria de dicha acción. Cinco días después, algunos de estos activistas eran acusados de delito contra altos organismos de la nación, enfrentándose a penas de hasta un año de cárcel.

Pero, ¿qué objetivos tiene la acción #25S Rodea el Congreso? Su manifiesto lo deja claro: "El próximo 25 de septiembre rodearemos el Congreso de los Diputados para rescatarlo de un secuestro que ha convertido a esta institución en un órgano superfluo. Un secuestro de la soberanía popular llevado a cabo por la Troika y los mercados financieros y ejecutado con el consentimiento y la colaboración de la mayoría de los partidos políticos". ¿Y cómo será esta acción? Sus organizadores lo han dicho por activa y por pasiva: "No violenta". Entonces, ¿a qué temen quienes dictan estas medidas policiales? ¿A la violencia –a partir de la cual justifican dichas operaciones– o a la libertad de expresión?

Y es que como leía hace unos meses en un centro social: "Cuando los de abajo se mueven, los de arriba se tambalean". Cuanta verdad. El miedo, ni que sea parcialmente, ha empezado a cambiar de bando. Las medidas represivas, como las anteriormente citadas, muestran el miedo de los que ejercen el poder. El miedo a que la gente se levante, se organice, se exprese libremente, luche contra la injusticia. El miedo de unos pocos a los muchos.

¿Golpe de Estado?
La criminalización del #25S Rodea el Congreso, pero, empezó ya hace prácticamente un mes cuando la delegada del Gobierno en Madrid Cristina Cifuentes calificó dicha iniciativa de "golpe de Estado encubierto". No fue menos el diputado del PSOE y ex-secretario de Estado José Martínez de Olmos que comparó la acción con el golpe de Estado de Tejero: "Acampar dentro del Congreso como hizo Tejero o fuera, como ahora se pretende para el 25S, tiene idéntica finalidad: secuestrar la soberanía". Palabras que ayer repetía la secretaria general del PP Dolores de Cospedal.

¿Golpe de Estado? Aquí los únicos golpistas son los poderes financieros que derriban gobiernos a su antojo y colocan al frente a sus hombres de confianza. En Italia, sacaron a Silvio Berlusconi, para nombrar a Mario Monti, ex-asesor de Goldman Sachs. En Grecia, adiós a Giorgios Papandreu, bienvenido Lucas Papademus, ex-vicepresidente del Banco Central Europeo. Y sin ir más lejos, el flamante ministro de economía español Luís de Guindos, ex-Lehman Brothers. Como decía el periodista Robert Fisk: "Los bancos y las agencias de calificación se han convertido en los dictadores de Occidente". Y es que cuando los "mercados" entran por la puerta, la democracia sale por la ventana.

Hoy es difícil pensar que el Congreso "representa la voluntad popular". Ministros y diputados que llegaron al Congreso desde la empresa privada, otros que saldrán, sin perder ni un segundo, en su dirección. Las empresas recompensan generosamente los servicios prestados. ¿Se acuerdan de Eduardo Zaplana? Primero ministro de trabajo, después consejero de Telefónica. ¿Elena Salgado? De vicepresidenta de economía al consejo asesor de Abertis. Por no citar a Rodrigo Rato, ministro de economía, después director del Fondo Monetario Internacional, finalmente presidente de Bankia. Sus aventuras como ejecutivo bancario no nos han salido precisamente baratas. Sin olvidar a González y Aznar, el primero en el consejo asesor de Gas Natural y el segundo en el de Endesa, News Corporation, Barrick Gold, Doheny Global Group… Así nos van las cosas.

Más democracia
Pero democracia es, precisamente, lo que reivindica el movimiento de l@s indignad@s, una democracia real al servicio de las personas e incompatible con el secuestro de la política por el mundo de los negocios y con el españolismo centralista que niega el derecho a decidir de los pueblos. Paradójicamente de "anti-demócratas" es como se les ha tachado desde el poder. Anti-demócratas por "asediar" simbólicamente el Parlament de Catalunya, el 15 de junio del 2011, cuando se empezaban a debatir los presupuestos que implicaban, entonces, los mayores recortes en la democracia catalana, y que no figuraban en ningún programa electoral. Anti-demócratas por organizar asambleas en las plazas y generar debate público. Anti-demócratas por ocupar viviendas vacías y darles un uso social. Anti-demócratas, en definitiva, por combatir leyes y prácticas injustas.

Y a más democracia en la calle, más represión. Multas por un valor de 133 mil euros son las que exige Interior a 446 activistas del 15M de Madrid, 6 mil euros a 250 estudiantes de la #PrimaveraValenciana, centenares de euros a varios afectados por las participaciones preferentes en Galicia, por solo nombrar algunos ejemplos. A parte: más de cien detenciones en Catalunya desde la huelga general del 29M, apertura de una página web para delatar a manifestantes… Y ahora se modifica el Código Penal para criminalizar nuevas formas de protesta.

La otra cara de la política de los recortes es la política del miedo y de la represión. A menos Estado social, más estado penal. La democracia, pero, no es de quien dice ejercerla sino de quien lucha por ella. La historia está plagada de ejemplos. El #25S será uno de ellos.