(Cristianismeijusticia.net, 31/12/2012)
Este es el grito de un grupo de jóvenes que forman parte de la llamada generación perdida: la mejor preparada de la historia de nuestro país y, al mismo tiempo, la que esta sufriendo una precarización laboral más dura. Una invitación a la esperanza, a recuperar la fraternidad, a trabajar por el bien común, a combatir el individualismo y la indiferencia.
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