SIN CABEZA

(Punts de vista, 28/10/2012)


Àngels Martínez Castells

El mismo día que el príncipe Felipe, saliendo de un funeral familiar, estrechaba -entre el descuido y el error- la mano a una mujer que le pedía limosna, pude captar esta imagen en una transitada calle de Palma. Dos mendigos tienden también su mano a la puerta de una Iglesia mientras una estatua humana, vestida impecablemente -casi como para un funeral- exhibe su descabezamiento a modo de reclamo. La cabeza de cartón se mantiene muy quieta a sus pies, y parece vigilar muy de cerca, con ojos que no ven, las monedas que le echan. Podría confundirse casi con una de esas pelotas cosidas a mano, casi perfectas, que nos hipnotizan de mil maneras ocultando la explotación del trabajo infantil que las produce… Una pelota que no es elemento menor en el Premio de un príncipe de Asturias despistado y que consigue que la "amistad" entre Xavi e Iker (¡con la de buenos amigos que hay en España!) simbolice de manera no tan subliminal el valor de la unidad entre España y Catalunya. El Príncipe prefiere jugar con balones y premios y no hacer ostentación de banderías… Sólo así se asegura de que su cabeza podrá seguir vigilando las monedas que le caen de los Presupuestos (o sea, de nuestros impuestos).

No sé si se les explicó a Xavi y a Iker que iban a ser utilizados en el debate (más interesado que interesante, a mi modo de ver) sobre independencias o unidades.. pero de hecho poco importa que fueran advertidos o no en este país en el que la consciencia parece un ejercicio solidario que practican todavía demasiado pocos… y donde es bastante común substituir metáforicamente la cabeza por un balón hueco,  tanto a las puertas de los estadios  como de las iglesias. Así la ideología neocon lo tiene más fácil para asestar los brutales recortes en educación, ciencia y cultura, mientras no se recorta ni un euro a la Iglesia.

No estaría mal que el príncipe se interesara por el incremento de la pobreza, y los problemas de salud mental que origina y que la derecha no quiere ver.  Incluso podría pasarse por el funeral de alguna de las personas cuya desesperación por perder el trabajo, o no poder pagar la hipoteca, les llevan al suicidio.  Pero todo se andará, porque a fin de cuentas, después de pasar por una fase de ocultación que ya muchas personas denuncian, pronto se contabilizará también el suicidio como una forma más de "muerte natural". Ya ha inaugurado el camino el inefable Boi Ruiz, desde la Conselleria de Salut del govern dels Millets. Cuando la gente de bien se horroriza porque el incremento de suicidios en Catalunya ya supera los accidentes de tráfico, Boi Ruiz explicó que es el buen estado de la red de carreteras y autopistas (de peaje) la que ha conseguido que descendiera el número de accidentes…  Propongo a Boi Ruiz para un nuevo Premio Príncipe de Asturias al cinismo, porque el dato aportado por la Federación Catalana de Asociaciones de Familiares y Personas con Problemas de Salud Mental (FECAFAMM) revelaba que el número de suicidios en Catalunya se había ido incrementando de forma constante desde el año 2007 y había llegado a ser la primera causa de muerte para los hombres de entre 30 y 44 años.

Vale la pena detenernos un momento para medir cómo avanza la barbarie segando vidas… Porque, como podemos leer en  el blog Quien mucho abarca:
"El problema no es el suicidio sino la desesperación que conduce a él. Y esa desesperación es común a cientos de miles de personas aunque sólo ¿unas pocas? tomen la decisión más trágica. Cuando el suicidio se convierte, como sucede ahora, en una consecuencia de una situación sociológica es noticia, y es una noticia muy relevante. Mucho más que la prima de riesgo, que la bajada o subida del IBEX, más incluso que las fronteras previsibles que vaya a tener nuestro país de aquí a unos años. Si antes era asumible el silencio sobre suicidios, hoy es ocultar una información relevante sobre el asunto que ocupa el centro de nuestra vida política: la crisis, la respuesta que el poder le da y las extremadamente trágicas consecuencias que ello tiene en nuestras vidas".

Pero demasiada gente, en este país ,y  en los lugares más destacados de la política, prefiere -en vez de pensar, reaccionar y ACTUAR- que su cabeza descanse al lado del plato de las monedas.

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